domingo, 7 de agosto de 2011

Oráculo del Apertura

Por @AleSciarrillo

Luego del contundente rechazo de los hinchas al interesante torneo propuesto por el gobierno a través de la AFA no nos queda más que conformarnos con las miserias del formato Apertura-Clausura, la injusticia de los promedios, la carnicería de las promociones, la baja calidad competitiva del torneo, la imposibilidad de determinar quién es el/los mejor/es…

Pero no voy a sangrar por la herida. Me gusta tanto el fútbol que voy a renovar mi pacto ficcional con este torneo “Feta de Mortadela” (Se podría llamar Filmus, digo, para que tenga un nombre a su altura). Puedo, como hice los últimos quince años, creer que estoy viendo algo bueno. Y logro hacerlo, disfrutar, porque en definitiva, siempre prevalece el juego. Más tratándose de jugadores argentinos: siempre frescos, siempre inventivos y dispuestos a pegar esa patada vital para el espectáculo.

Cosas previsible. Eso deja este formato. Tan previsible como el susto que se llevó Racing con el recientemente ascendido de la tercer categoría Atlanta. Un partido amistoso que no solo demostró que el torneo de los 38 es posible, sinó que necesario y justo.

Acá va una lista de cosas que seguro pasarán en el Apertura 2011.


· El campeón no será un gran equipo.

· Uno meses después de terminado el torneo nadie recordará quién salió campeón (todos confundimos aperturas-clasuras-años)

· Los árbitros serán seriamente cuestionados. Igual van a terminar cagando a los “chicos”, como siempre.

· Alguno de los “grandes” va a coquetear con la promo y el descenso”

· Si tenemos suerte lo de River inauguró una nueva rutina y Boca, Racing, San Lorenzo, etc se irán a la B.

· Habrá grandes goles.

· La mitad de los DT será insultado: comenzando por los de San Lorenzo y Racibg que sus hinchadas son vanguardia en eso.

· Un tercio de los DT será despedido por presión de las hinchadas que creen que sus clubes son el Barcelona.

· Habrá un puñado de bueno partidos.

· Marcelo Araujo seguirá con sus comentarios xenófobos.

· Julio Ricardo se volverá a olvidar el nombre de jugadores, equipos y no recordará reglas básicas del juego.

· La hinchada campeona festejara que su equipo en 19 miserables fechas ganó solo 9 y perdió 5.

· Los festejos durarán poco porque en el fondo todos saben que el campeón no es campeón auténtico como los del ascenso.

· Algunos equipos harán tres pases seguidos más de una vez en tres o cuatro encuentros.

· Los hinchas de Tiki Tiki juzgarán las victorias de los aguerridos.

· El torneo será mediocre.

miércoles, 3 de agosto de 2011

FÚTBOL ARGENTINO // Autosabotearse

En tren de entender qué fue esa propuesta de un nuevo torneo de la a AFA publicamos esta nota extraída de Tres por el Pozo


La irrupción de Fútbol para Todos, hace casi 2 años, suscitó polémicas diversas y mucho revuelo en el ambiente político-deportivo dado que aquella iniciativa, al reponer un derecho de los ciudadanos, limaba el poder de uno de los grupos económicos del país. Recordemos: la transmisiones gratuitas del fútbol por canales abiertos, además de consagrar un servicio, afectó importantes intereses de uno de los socios de la AFA durante largos 18 años, la sociedad TSC-Trisa-Grupo Clarín. No obstante, campeaba un clima auspicioso al terminar con un estafa que dejó -como advertimos hoy- profundas secuelas en el deporte más popular de los argentinos en todos los órdenes: en el organizativo, en el comunicacional, pero más importante aún, en el simbólico. Porque el discurso del monopolio deportivo, con su extendida de red de medios, ocultó el tráfico de negocios urdidos a espaldas de los hinchas y nos atravesó a todos, se adhirió al cuerpo de periodistas, jugadores, entrenadores, dirigentes e hinchas, sobre la base de dispositivos que abarcan lenguajes, conductas, modos de analizar el fútbol.

He ahí un saludable intento que, desde luego, demanda mucho tiempo revertir. Fueron años de absorber un discurso único, cerrado sobre sí mismo, imposible de desmontar dada la prohibición de voces críticas en sus medios dominantes, con excepción de Victor Hugo Morales y un pequeño grupo de periodistas. Lo cierto es que, conforme pasaron las primeras escaramuzas, el llamado Nuevo Orden del Fútbol argentino fue ganando amplios con consensos debido a su acceso (más de 26 millones ven fútbol en Argentina), aunque quedaban aspectos por corregir con miras a una segunda etapa, justamente el enfoque periodístico, con Marcelo Araujo a la cabeza, y la renovación en el seno de la AFA, una tarea que compete no solo al Estado -el nuevo socio- sino también a los dirigentes de los clubes, con respaldo suficiente ahora para terminar con una conducción contaminada desde su raíz, cuyo exponente obsceno es Julio Grondona. Lo dijo Norberto Verea: "el verdadero Fútbol para Todos es, también, terminar con Grondona, su prensa obsecuente, las barras bravas que supo engendrar".

Contrariamente a lo esperado, la AFA -con aparente anuencia o explícita recomendación del Gobierno Nacional- promueve un proyecto disparatado al proponer un torneo de 38 equipos, del cual no se tienen precisiones, salvo algunos breves apuntes que conviene consignar. Por un lado, la reestructuración se liga invariablemente con el inédito descenso de River y la actualidad desvariada del resto de los grandes, lo cual configura un castigo, un enorme castigo, para aquellas entidades sanas, bien administradas, que dan el ejemplo con su trabajo con juveniles, sus cuentas saneadas y la apuesta a un modelo social donde primero están los socios y los hinchas. Es decir, se castiga a quienes hicieron méritos de sobra para situarse en lo más alto del fútbol argentino en base a políticas de desarrollo concretas que, paradójicamente, sintonizan con varias medidas, enfoques, líneas discursivas del Gobierno Nacional. Una de ellas es la renovación de sus dirigentes, materia en la que Vélez y Lanús desde hace rato ofrecen el mejor ejemplo. La renovación dirigencial, debería saberlo al gobierno, abarca a la política en su conjunto, es decir a sindicatos, entidades sociales, asociaciones sin fines de lucro. De ahí que avalar la perpetuidad de Grondona sin sugerir, desde su condición de socio de la AFA, remover estructuras, exigir auditorías periódicas sobre el destino de fondos que le otorga el estado a los clubes, desmontar una red de negocios, y seguir la batalla cultural para que democratizar el fútbol no sea un enunciado hueco y vacío de contenido, constituye una flagrante contradicción, además de un daño que se autoinflige el propio Gobierno.

Por otro lado, la restructuración del torneo, tan reclamado por los hinchas, pierde legitimidad porque -como se dijo- coincide con el peor momento de los clubes grandes (especialmente River) en una etapa que anunciaba lo opuesto: la transparencia, la apertura a que todos pueden progresar y tener oportunidades sin que los fagocite el negocio (de hecho, los 4 campeones de FPT no fueron los llamados grandes) y su función primera: ofrecer un servicio cada vez mejor, abierto a la gente sin discriminación de ningún tipo, enrolado en la Nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual mediante el programa Deporte para Todos.

En ese marco, de consumarse este esperpento, no será sola la AFA quien pague el costo del repudio popular. También el Gobierno Nacional habrá dejado solos a los hinchas de fútbol que apoyaron una de sus grandes iniciativas. La que se debe profundizar en sus aspectos más democráticos, muchos de ellos seguramente bien recibidos por la mayoría de los aficionados. De lo contrario, habremos retrocedido. Y en el retroceso los que pagan y quien más sufren son los hinchas. Los rehenes de la pasión.