
Todo suceso que vaya en contra de lo que cotidianamente es vivido, suele denominarse como “novedoso”, “inusual”, “extraño”, pero esta es la excepción.
Lanus ha sido un Campeón “Contracultural” en un campeonato “Revolucionario”. No habrá quien al leer tamañas denominaciones, considere que las mismas nacen de un raptus de “cocoliches” de fútbol e ideologías, sin embargo, en tiempos en que la derrota y el éxito son las únicas posibilidades reales existentes, en que gastar plata es sinónimo de futuro con augurios, en que contratar un técnico este mas relacionado con el “Nombre” que con sus capacidades, lo mismo con los jugadores. En tiempos en que las diferencias se siguen persiguiendo sin importar a nadie la manera de conseguirlas, en donde la reivindicación no tiene lugar, en donde los proyectos no tienen estabilidad, Lanus nos permite creer que un cambio es posible.
Que todo aquello que nos quieren imponer como cultura futbolística es una de las posibilidades, valga la redundancia, posibles. Pero que es posible armar un equipo con chicos y grandes, mas los primeros, muchos mas, que los segundos. Que pueden ser parte de un cuerpo técnico, personas que han trabajado en mundiales, con jugadores que no han tenido la posibilidad de seguir jugando y un Director Técnico, con la humildad que solo los grandes tienen.
Basta de pensar que con chicos no se sale campeón. Basta de creer que hay técnicos de equipos chicos y técnicos de equipos grandes. Basta de sostener que lo bueno esta relacionado con lo “jugoso” de una operación.
Esta es la cultura futbolística, para no meterme en un terreno de generalizaciones, que nos caracteriza. Es por eso que Lanus con la obtención de su primer campeonato en 92 años de historia como Tigre nos permiten afirmar que este ha sido un campeonato revolucionario, y que el campeón es un Campeón Contracultural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario