Volver

"Banderas en tu corazón, yo quiero verlas", reza la canción "Juguetes Perdidos".
Y en la ante sala de este espectáculo que dura 19 fechas, nuestro deseo es el mismo. Poder ver en lo alto las banderas y sus colores, mezclandose con los del cielo. Un verdadero collage de gente, de globos, trapos, gestos.
La esperanza de que no haya más violencia que la de un equipo atacando al otro a lo largo de los 90 minutos, con un juego poblado de toques y malabares.
El anhelo de que las patadas desaparezcan como por arte de magia, y que los detractores de la pelota, aquellos que no la sienten a flor de piel, sufran una metamorfosis que los lleve a sentir la audacia de encarar a quien se le ponga enfrente para llegar al gol.
La ilusión de que en cada partido haya goles. Néctar del juego, alimento no perecedero del hincha universal.
Se trata de volver.
Volver, a sentir una sensación difícil de explicar. Un sentimiento que no puede parar.